viernes, 17 de agosto de 2007

Dedicatoria

No dejes que luces estridentes te confundan.
No dejes que los susurros te pierdan,
no dejes que otras manos te guíen.
Donde habitan los sueños
conducen caminos que nadie conoce.
Sólo tú.
Deja de buscar, deja de mirar, deja de oir.
Sólo tú.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mi estimado poeta. Has conseguido hacerme vibrar de emoción con la alegoría que has dedicado a la esencia de la personalidad. El "yo". Ser en todo tiempo y lugar siempre tú mismo. Manifestarte tal cual eres y piensas. Eres excelente escribiendo y muy muy sensible. Mi más sincero abrazo, Mari Paz Ramos.